Figura compleja en el panorama del arte mexicano del siglo xx, Alberto Gironella desarrolló un estilo singular, caracterizado por la reunión de materiales pictóricos y objetos diversos, desde latas de ultramarinos, chorizos, botellas y corcholatas, hasta manos y cabezas de figuras de plástico, fotografías, forros de libros y etiquetas de productos comerciales. En igual forma, hacia concurrir en sus creaciones a personajes pictóricos y literarios, transformándolos consecutivamente a lo largo de las series dedicadas a ellos. Al conjuntas todos estos elementos temáticos y materiales, produjo imágenes que lo aproximaron al surrealismo, cuyos exponentes alabaron a su obra exhibida en Paris a principios de los años sesentas.
Disponible en Biblioteca de Secundaria-Bachillerato